La gente oye artritis y cree que te duelen los huesos. Y, la verdad, duelen. Pero la artritis reumatoide, una enfermedad del sistema inmunológico que puede causar discapacidades graves, es mucho más que eso. El desconocimiento generalizado de este problema hace que los pacientes se enfrenten a situaciones hirientes y absurdas. Sus jefes sospechan de sus prolongadas bajas, la gente se extraña de que no usen las escaleras o no abran nunca una puerta. No es que no quieran, es que no pueden. Así es realmente la artritis, y eso cuando no hay brotes. "La gente piensa que esta enfermedad no es grave, y eso es mentira", advierte Emilio Martín Mora, jefe del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario La Paz de Madrid.
![]() |
foto: Begoña Rivas |
Los pacientes, claro, son quienes mejor lo saben. "La gente cree que sólo afecta a los huesos, pero también daña órganos vitales. A veces te mueres de esto, y las aseguradoras lo saben bien", comenta Ana Vázquez, 41 años, presidenta de la Liga Reumatológica Gallega. "La sociedad no está preparada", lamenta su compañera Isabel Rivero, presidenta de la Asociación de Personas con Enfermedades Reumáticas de Guadalajara.
Isabel y Ana padecen artritis reumatoide desde niñas, pero hace sólo unas pocas décadas no era fácil diagnosticar esta enfermedad a la primera. Los médicos no sabían qué tenían delante, y a veces echaban balones fuera.
Descartar otras opciones"Hacía muchas actividades: judo, baile regional,...Al principio los pediatras achacaban los dolores a la actividad física y el crecimiento", recuerda Ana. Tras un diagnóstico diferencial, y sólo después de descartar otras opciones como la meningitis y la leucemia, los galenos dieron finalmente con la solución: artritis